La escritora Inma Escobedo nos regala un par de fragmentos de su novela "El Trastero". Toda una delicia para ir abriendo boca y disfrutar de la obra entera.
EL TRASTERO —Novela—
Todos los lugares,
situaciones, y nombres de esta novela son imaginarios, sin embargo puede que en
mis sueños o en mi despertar, esta
historia tuviera lugar. En ella, hay más
verdad en lo que parece fantasía, que en los hechos cotidianos que se
narran.
El Trastero está basado en un hecho real.
Inma Escobedo
Rico –autora-
Sara, pensativa,
vuelve a recordar el sueño de la pasada noche. Desde que llegara a la casa de
la playa, todos los acontecimientos la sumergen sin remedio en ese pasado que creyó
perdido, pero tan fielmente conserva en el recuerdo.
«¡Y dicen que Fernando
ha vuelto!... después de casi diez años, sin una carta…»
Cierra el libro que
tiene entre las manos y susurra cabizbaja: «Me siento sola, perdida, como aquel día ¿recuerdas, mamá? Cuando era niña, en el
pinar, y
aunque no dejaba de llorar sabía que tú me encontrarías, pero ahora…»
—calla un momento y moviendo
suavemente la arena con la mano continúa diciendo: «Tengo mucho miedo, miedo de
que nadie venga a buscarme, y no sé cómo, pero creo… que he olvidado el camino de regreso a casa;
dime… ¿cómo lo voy a encontrar, ahora que te has ido?»
Se ha quedado en la playa hasta la puesta de
sol. Las primeras estrellas apuntan desde el cielo, y -como dijera el guardián
en aquel extraño sueño- mirándolas, también
ella hoy se pregunta: «¿Qué ha sido de tus sueños, Sara?»
La
vida a veces puede ser muy complicada, sin embargo otras nos habla con un
lenguaje claro como trazos de acuarela. El lenguaje que Sara habrá de
descifrar a través de un sueño
recurrente, para encontrar su camino, perder el miedo a vivir, recuperar la ilusión, y amar… atreverse a amar de
nuevo, como la más grande aventura.
«Siempre hay que escuchar
al corazón. Yo lo ignoré, lo acallé, lo
dejé prisionero en el fondo de un profundo pozo o en el rincón más oscuro de un
olvidado Trastero; sin aire, sin luz, sepultado allí, moró.
«¿Qué es ese Trastero de mis sueños?» —pregunté una tarde a Carlos.
«Esta cabecita tuya
llena de musarañas» —me contestó riendo—. De todo encierro hay que salir
por
piernas, a gatas, a rastras; ¡salta! ¡Grita!
Busca ayuda si hace falta. Déjate tirar, empujar, aupar, ¡sal de tu
encierro! Date una nueva oportunidad, que la vida pasa y no espera
por nadie… que la vida por tu puerta de largo va a
pasar.»
EL TRASTERO -novela-
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